Por Graciela Roque García
Fotos de la segunda presentación de las Lecturas de Etiqueta, durante la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México.
En la ciudad de México, se anunció en internet la presentación para el día jueves 10 de junio, a las 8:30 p.m., en el restaurante la Terraza del Gran Hotel de México, ubicado en Av. 16 de Septiembre No.82, esquina Zócalo, de la primicia Lecturas de etiqueta presentada al alimón por los poetas Adriana Tafoya y Andrés Cisneros de la Cruz, acompañados por la música de La Camerata Sagrevium.
La Camerata Sagrevium.
Eran las 8:30 p.m. y sólo tres personas habían arribado, al preguntarles a los meseros, expresaban que para otros eventos ya estaría concurrido el espacio, a las 8:50 p.m. el público empieza a ocupar las mesas para cuatro personas, la coordinadora del evento Florina Piña se encarga de dar la primera llamada y abre el evento con una pequeña narración, luego, el encargado también nos cuenta una historia; a las 9:00 p.m. llegan La Camerata Sagrevium compuesta por Leonardo Ritter y Gerardo Estrada, y también los dos poetas; a las 9:10 p.m. Florina da la tercera llamada y presenta a los artistas. Adriana Tafoya inicia con el poema El derrumbe de las Ofelias al compás de los violonchelos, lee con una dicción clara y un ritmo suave acompañada por los violonchelos en perfecta sincronía, luego pasa Andrés Cisneros de la Cruz con un poema intitulado Cantiga para la boca de Adriana, digno contrincante, su dicción limpia y fuerza expresiva acompañado también por las cuerdas de los violonchelos hace enmudecer la sala, así se alternan hasta completar diez poemas entre los dos participantes, dejando un intermedio con una interpretación exclusiva de La Camerata, para finalizar Tafoya cierra con el poema Diálogos con la maldad de un hombre bueno y Cisneros de la Cruz nos despide con un fragmento de su Poemerolico y nos dice “estamos vivos/ y nos encanta rabiar/ sacudir nuestros cuerpos al ritmo de la vida/…no sé qué hacen ahí sentados, escuchándome/, mejor agarren sus cosas, dense la vuelta… regresen a sus vidas/ porque la función está por comenzar.” Y sí, así salimos a vivir.
Después de la lectura, ante el público, con la Camerata Sagrevium.
ENTREVISTA A ADRIANA TAFOYA
poeta, editora de VersodestierrO
y compiladora.
Definitivamente, Adriana Tafoya, donde se presente llama la atención, su carácter alegre, franco y abierto es un toque de queda a mediodía, su cabello negro rizado en cascada, su figura delgada y piel extremadamente blanca contrasta, en esta ocasión, con el traje de falda y blusa con cuello en V de satín negro que porta. Al terminar la presentación de Lecturas de etiqueta, un espectáculo de lectura de poesía hecho al alimón con su esposo, el poeta y editor Andrés Cisneros de la Cruz, pide algunos minutos para saludar al público y accede amablemente a ser entrevistada en una de las mesas del restaurante La terraza del Gran Hotel de la Ciudad de México.
Se acerca a mí, con una sonrisa, se sienta a mi lado, junta sus manos, extendiendo sus brazos y me pregunta que si empezamos.
Nació en el año 1974, en el Distrito Federal; aunque vivió algún tiempo en el Estado de México, se define como una mujer que se representa a sí misma. Adriana Tafoya es una poeta que con sus poemas da a los demás emociones, alegría, dolor, placer, de todo; estima que empezó a escribir, digamos a tener una intención poética como a los once o doce años, desde el quinto o sexto grado de primaria porque se acuerda que escribía poemas, inventivas.
El poeta que más ha influido en ella es Enrique González Martínez y su amor a las letras nació “porque le regalaban o le recomendaban libros a mi mamá, a mi abuela, los coleccionaba y yo los leía; vengo de una familia de no lecturas, no poetas, ni libros, a mí sí me interesaron”, sin embargo, su madre se dedica al mundo del modelaje y, en cierta forma, Adriana considera que es “algo parecido a mí pero, en otro ámbito”, su papá, que era ingeniero, murió en un accidente automovilístico cuando ella tenía un año de edad; también por esa época murió su segundo hermano y, después, su mamá se volvió a casar. Ella es la mayor de seis hermanos.
- ¿Si fueras un animal, qué animal serías?
-Bueno, sería mi signo, yo soy leo, así que podría ser un tigre o, ¿por qué no?, un dragón -pone su mano en el mentón con firmeza y elegancia, transmite seguridad, una gran confianza en sí misma.
-¿Si no fueras poeta, qué ocupación tendrías? -se queda sería y contesta casi disgustada
-Poeta, nada más.
-¿Morirías si no escribieras?
-Sí.- su respuesta expresa el conocimiento y convencimiento que tiene de su irrevocable vocación literaria.
-¿Para ti qué es la religión?
-Es algo que encadena -me desconcierta y ella continúa con el tema, entusiasmada- a ver, déjame explicarte es que, a veces, en lugar de investigar, de hacer algo más, la gente se queda en su cuadrito, no va más allá, se conforma con situaciones con las que no se tiene que conformar.
- ¿Prefieres a los hombres o a las mujeres como amigos?
-Me gustaría tener más amigas, sin embargo, para mi suerte tengo más amigos, es que entre mujeres se dá esa maliciosidad, como somos iguales nos comparamos y se da la competencia, competimos por la atención del hombre, esa es la competencia.
- ¿Qué te inspira?
- Lo que no me gusta, -la miro sorprendida, es una respuesta totalmente inesperada- busco cambiar, decir lo que no quieren oír, romper barreras, por eso escribo.
-¿Cuáles son tus libros favoritos?
- Tuércele el cuello al cisne, El diario de una maligna- ríe como quien se acuerda de una travesura-consíguela, te la recomiendo, es buenísima.
- ¿Qué personajes han influido en ti?
Adoro a Simone de Beauvoir, George Sand, las grandes cortesanas.
Cuando le pregunto cuales serían sus últimas palabras antes de morir me contesta que tendría que pensarlas, algo complejo, aún no lo sabe, no obstante, continúa, igual podría morir en un accidente y me cuenta que hace poco estuvo a punto de morir en un accidente automovilístico, recuerda que antes de impactarse nada más alcanzo a decirle a su esposo: ¡ay, Andrés! y él dijo ¡ay, pendejo!, -nos reímos- así de irreverente nos hubiéramos muerto, es el único caso y no sé qué pudiera decir.
-¿Cómo haces mancuerna con Andrés, escriben juntos?
Cada quien hace su trabajo, platicamos mucho, mucha plática, hablamos demasiado; hay días que amanecemos a las siete de la mañana platicando, que se va a hacer; independientemente de la atracción normal de pareja, del aspecto emotivo y los sentimientos, lo que más nos une es el ámbito intelectual; comunicarte con alguien es algo muy complejo y difícil, sólo me pasó con él.
Tiene dos hijos: un adolescente de trece años y una niña de cinco años; Adriana Tafoya se muestra en todo momento atenta a su hija que le comunica los incidentes de la reunión, un mesero se lleva sus vasos con agua y ella lo persigue para rescatar su vaso y el de Andrés, regresa disculpándose. Diez minutos después, Andrés se incorpora, casualmente comenta que tiene sed, su vaso con agua lo espera.
ENTREVISTA A ANDRÉS CISNEROS DE LA CRUZ
poeta, editor de VersodestierrO.
El pintor Felipe Gaytán Gaytán le ha comentado a Cisneros de la Cruz que deseo una entrevista y él se dirige a mí. Acabo de ver el espectáculo de poesía, mano a mano con Adriana Tafoya, y los poemas escritos por él, al igual que los poemas de ella, son de una extraordinaria calidad literaria, me es difícil negarme a tener las dos caras de la moneda, así que agradezco su disposición y comienzo. Él porta un traje color perla, con camisa blanca, cabello crespo, largo, a la altura del cuello y lo lleva suelto.
¿A qué edad empezaste a escribir?
En la época en que ya me considero un escritor que se va a dedicar a escribir, es a mis catorce años.
¿Que escritores han influido en ti?
De mis lecturas primeras: César Vallejo, Ramón Martínez Ocaranza, Vicente Huidobro,
ahora estoy buscando otras lecturas que a veces es complejo localizar: Eurípides, Demócrito y más acá me interesa mucho Michel Foucault, un lingüista que enriquece mucho, ¿no?
Ahora, ¿si fueras un animal que animal serías?
Creo que me gustaría ser, lo primero que me viene a la mente, sería un tucán- se ríe.
Si no fueras poeta ¿qué ocupación tendrías?
Seguramente sería gastrónomo, chef.
¿Morirías si no escribieras?
No, para nada.
¿Qué te gusta de tu físico?
Mi cabello -se toca el cabello y ríe.
¿Para ti qué es la religión? -se pone serio.
Una ilusión absurda.
¿Qué es lo que les das a los demás con tus poemas?
Conflicto, autodestrucción y creación.
¿Prefieres a los hombres o a las mujeres como amigos?
Ambos.
¿Qué es la muerte?
Cambiar de un estado, a otro espacio material.
¿Qué te inspira?
Todo.
¿Que te falta?
Lo que me quede de vida.
¿De lo que has escrito qué es lo mejor?
Todo, siempre escribo lo mejor.
¿Tus libros favoritos?
No tengo libros favoritos.
¿Quién es la persona que más ha influido en ti?
Yo creo que Adriana Tafoya.
Mi entrevista ha terminado. La fuerza y pasión literaria de Adriana Tafoya y Andrés Cisneros de la Cruz incrementará la excelencia de las Letras Mexicanas, por su poesía y el sendero que, como editores, han abierto para muchos poetas de nuestro país. Larga y provechosa vida, poetas.
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